15 de marzo de 2010

De la Insurrección Artístico-Cognitiva

De la Insurrección Artístico-Cognitiva

Educación Artística y Desarrollo Cognitivo

Escrito por Santiago Piñerúa Naranjo

El comportamiento de la mente parece en muchas ocasiones un “orden aleatorio” de un reproductor de música, pero en ocasiones es muy poco lo que comprendemos acerca de lo estrechamente ligados que se encuentran nuestros pensamiento y las experiencias que cada día agregamos y fusionamos de manera inconsciente a nuestra construcción mental.

Los artistas poseemos un hipervínculo entre el subconsciente y nuestra aparentemente desligada realidad, haciendo que nuestros lenguajes específicos transgredan los imaginarios de realidad colectivos y nos ubiquen en un sector de la cognición que limita con la locura y la genialidad, haciendo que fluctuemos entre éstas con tal propiedad que muchas veces no reconozcamos a que sector pertenecemos realmente.

Hace tiempo ví el flim "La Ciencia de los Sueños" del Director Michel Godry, y hoy considero que la película plantea correcta y muy atractivamente la agitación entre lo onírico y lo real, validándolo como una manera diferente de concebir el quehacer humano y transformándolo en una virtud del personaje y del hombre mismo en un plano superior. Veo de la misma manera la labor del artista y de su arte, permitiendo que a través de su obra se exprese su interior y se manifieste en un espacio externo del cual se nutre y a su vez nutre.

El arte enseña a soñar y también a hacer realidad los sueños. El arte permite que los hombres expresen en otros lenguajes lo que incluso de la manera más ornamentada suena mal en palabras. Hace que lo que en palabras suena hermoso, se vea, escuche, lea y en general sienta, aún más hermoso. Lograr que los no-artistas entiendan esto y lo hagan parte de su vida más allá de la admiración sujeto-obra de arte, es el logro máximo del proceso que se da en la educación artística.

El puente entre el mundo de los sueños y la realidad se concibe como una ruta que desemboca en un callejón sin salida. Una ruta que no lleva a un fin práctico y que posee visos de ilegalidad, usada por delincuentes cognitivos y lugar de comercio de las más bajas pasiones del ser humano. Los artistas conocen dicho recorrido y por ello se les ve como un producto exótico y disyunto del producto cultural. Atemporales, apolíticos y a veces misántropos, pero envueltos a su vez por un halo de misterio y una sensualidad inquietante.

La evolución del discurso del artista y su obra confluyen en el lugar donde se desarrolla el ser humano que habita tras el artista. Este desarrollo paralelo determina la dirección que toma el proceso formativo de éste. Así mismo en la relación entre educación artística y estudiante es el acontecer del estudiante el que determina el horizonte de su producción.

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