13 de agosto de 2012

Propuesta presentada a IDARTES (Instituto Distrital para las Artes)


La articulación de los actores del sector cultural. Un proceso de inclusión y construcción de identidad en Bogotá.

Santiago Piñerúa Naranjo


     Las iniciativas de los organismos encargados de cultura en la nación, durante años se han constituido en rutas que poco a poco se han ganado el espacio en los discursos de nación hasta convertirse en importantes espacios de desarrollo. Desde Colcultura hasta el hoy Ministerio de Cultura, estas iniciativas han forjado un largo camino que trasciende aún a los gobiernos y sus orientaciones.

Hoy, luego del esfuerzo y dedicación de muchos, existen acciones claras que responden a la necesidad y demanda de una ciudadanía cada día más conciente de su papel en la construcción de nación y de su propia identidad. Los ciclos de conciertos Al Parque, los espacios de lectura dentro de la Red de Bibliotecas, las asociaciones voluntarias de artistas, las redes de trabajo y gestión en cultura, las expresiones artísticas urbanas son muestras de ello. Esta multiplicidad de actores, reafirman constantemente identidades y construyen dinámicas sociales de interrelación, pero también de exclusión. Aún cuando los fundamentalismos identitarios (Martín-Barbero, 2010), se constituyan paralelamente en retos para las nuevas políticas culturales en cuanto a inclusión y construcción colectiva de identidad nacional, regional y ciudadana. Estas, que han ido de la mano con toda la construcción colectiva del sector cultural, se han descentralizado y han fortalecido sectores hasta hace un tiempo supeditados a los ordenamientos estatales.

Germán Rey menciona, citando a García Canclini, cómo claramente las Políticas Públicas para cultura han pasado de ser Intervención a Conversación; como se han posicionado como Orientaciones más que Ordenamientos para la movilización de sectores y agentes (Rey, 2010). Hoy son compromiso de todos. Dicho compromiso, fundamento de la construcción de identidad nacional y pilar de transformación de las relaciones sociales, económicas e incluso políticas, fundamenta las iniciativas de inclusión tan claras últimamente en los planteamientos nacionales, regionales y distritales.

La inclusión, como proceso sociocultural, debe ir más allá de la exacerbación de las individualidades, de la visibilización de las diferencias y de la secularización de los ethos en encuentros desarticulados. Se debe plantear como el equilibrio, que propende por el desarrollo. Fruto del III Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), en noviembre de 2010, resultó el Documento de Orientación Política de CGLU: La Cultura es el Cuarto Pilar de Desarrollo, donde acertadamente se plantea la necesidad de vincular la cultura al trípode del Desarrollo Sostenible (Inclusión Social, Equilibrio Ambiental, Crecimiento Económico) así no sólo se pensaría en crecimiento económico o en procesos de igualdad, sino que también se hablaría de desarrollo humano integral, generando procesos de mayor impacto sociocultural que también conciban el bienestar y la construcción de identidad como índices de desarrollo (CGLU, 2010).

Bogotá, ciudad de innegable multiplicidad, es el escenario perfecto para la creación de espacios propicios para nuevos encuentros, no sólo de los iguales, también de los diferentes. Etnias, credos, tribus urbanas, campos y niveles de formación, entre muchos otros, son miembros importantes de esta empresa.

IDARTES en su condición de entidad distrital, posee la capacidad para diseñar y realizar un Encuentro Distrital de Estudiantes y Docentes de Artes, donde se traten los temas de investigación y gestión y se sienten a pensar estudiantes y docentes acerca de la realidad de la ciudad fuera de las aulas, donde la academia no sea el único referente y donde unos y otros se reconozcan como parte de una red de trabajo mancomunado.

La presencia del tercer sector, fundamental en los últimos años para el diseño de la política pública para cultura, aparece en momentos atomizada. La compresión de las asociaciones, fundaciones, industrias creativas y demás iniciativas civiles en artes, como espacios de desarrollo humano integral y factores de desarrollo social, permitirían la creación de programas de socialización entre las mismas y la creación de un frente de trabajo de suma importancia para el sector y la ciudad. Un Encuentro Distrital de Iniciativas Culturales del Tercer Sector, que podría arrojar un “estado del arte” de las mismas mediante un censo y la formulación de mesas permanentes de trabajo. Estas acciones podrían ser momentos pertinentes para el reconocimiento y la articulación de quienes trabajan en cultura desde esta perspectiva, arrojando resultados de gran impacto en cuanto a emprendimiento cultural en Bogotá.

Las reflexiones que actualmente se hace la Secretaría de Educación Distrital en cuanto a la formación en artes en educación básica y media, a través del programa de los Centros de Experimentación en Pedagogía Artística – CEPA, podrían plantear luces sobre El lugar de la cultura en la sociedad que nos menciona Martín-Barbero. Establecer vínculos CEPA – IDARTES sería un avance en cuanto a la consolidación de espacios para la formación de públicos, la construcción de identidad, el reconocimiento en condición de igualdad, el fortalecimiento de tejido social y la creación de condiciones de bienestar y desarrollo.

Bibliografía

MARTÍN-BARBERO, Jesús. 2010. Retos de las Culturas a las Políticas Públicas. En Revista EGOB, Revista de Asuntos Públicos (6). Pág. 32-34.
REY, Germán. 2010. Continuidad y Renovación de las Políticas Culturales en Colombia. En Revista EGOB, Revista de Asuntos Públicos (6). Pág. 4-8.
Ciudades y Gobiernos Locales Unidos - CGLU. Documento de orientación política de CGLU: La cultura es el cuarto pilar de desarrollo. III Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos.. México DF, México. 2010. 

Bernardo Kliksberg... alguien a quien hay que escuchar

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